Publicado en marzo 25, 2015 por Tomás Bustamante Pérez. Especialista en Endoscopia y Cirugía Minimamente Invasiva. Presidente del Grupo de Endoscopia de AVEPA.
Todo se pega menos la hermosura, o eso dicen. Y la epidemia de obesidad en humanos del primer mundo también afecta a nuestros compis.
Entre un 20 y un 40 % de los canes en España podrían ser calificados como obesos, y eso no es un problema estético sino de salud. Un perro con sobrepeso vive peor y vive menos, unos 2 años menos, según estudios recientes.
¿A qué se debe?
Es sencillo:
Demasiada comida + Demasiado poco ejercicio = Igual que nosotros
El primer paso es reconocer el sobrepeso de nuestro compañero, y lo siguiente es concienciarnos de las consecuencias negativas de la obesidad y finalmente contra atacar con vistas a hacerle perder peso.
En el dibujo, el perro que tiene el peso ideal es el número 3, los demás están o demasiado delgados o demasiado gordos.
La gordura del perro puede medirse: se habla de obesidad cuando el peso corporal del animal supera en al menos un 20% su peso ideal.
Lo más sencillo es acudir a una consulta de índice de masa corporal.
Pero puedes comprobarlo con tres pruebas de andar por casa:
Coloca los pulgares sobre su espina dorsal y tus manos sobre su caja torácica; deberías poder tocar sus costillas. Los humanos acumulamos la grasa en la cintura, pero los perros lo hacen principalmente en el pecho. Si tu perro está delgado o normal, las costillas son fáciles de palpar, pero si no eres capaz de notar las costillas bajo su piel, significa que tu perro está peligrosamente obeso. Muchos perros gordos presentarán además abdomen pendulante y no se les observa la cadera cuando los vemos desde arriba.
Aunque en algunos casos, el exceso de peso tiene un origen hormonal, la inmensa mayoría de los perros están gordos, porque sus dueños no pueden resistir las miradas de deseo de sus mascotas, implorando un “pedacito más.”
Sobrealimentar cachorros en crecimiento, predispone a la obesidad futura, por que incrementa el número células grasas.
Cuando el perro se hace adulto, estas células dejan de crecer en número, pero comienzan a aumentar de tamaño.
Los perros con sobrepeso durante el crecimiento, lo seguirán siendo de adultos.
Mi perro está gordo. ¿Qué hago?
Si a estas alturas, te estás haciendo esta pregunta, es genial: ¡Has dado un paso importante! El factor más importante para el éxito de un programa de reducción de peso es convencernos a nosotros mismos y a toda la familia de que la obesidad es una enfermedad.
No hay milagros, como ya dijimos antes, es igual que para los humanos El manejo de perros con sobrepeso, requiere que tu mascota consuma más calorías de las que ingiere. Esto significa que la ingesta de calorías debe reducirse y si es posible, incrementar el ejercicio.
Antes de nada, es necesario determinar que no haya ningún problema físico tras los kilos. A partir de ahí:
MÁS EJERCICIO
¿Qué tal alargar el paseo 15 minutos todos los días? ¿O tratar de añadir un paseo extra a los habituales?
¿Tu perro es un loco de la pelota? Reserva al menos 10 minutos al día adicionales al paseo para tirarle la pelota o su juguete y que corra.
Recuerda que no es bueno que haga ejercicio justo después de comer, si puedes esperar media hora mejor.
Si tú no tienes tiempo para sacar más rato a tu colega, considera la posibilidad de contratar a un paseador o comprar una cinta de correr, el dinero que inviertas en ello seguro que lo ahorras en problemas de salud más adelante.
MENOS COMIDA
¿Qué pienso come?
Perder peso es más complicado si tu perro se alimenta con un pienso normal. Si además, le damos comida de la mesa, es virtualmente imposible adelgazar al animal.
Controlar el consumo de comida demuestra más preocupación y cariño a tu mascota que permitirle sufrir los efectos de la obesidad.
Reducir la cantidad de un pienso estándar, lo suficiente como para reducir el peso, puede provocar deficiencias nutricionales y que aumente el comportamiento implorante de comida. Por este motivo deben utilizarse piensos especialmente formulados para la reducción de peso.
Di adiós a las chuches. O, como mínimo, sé consciente de si le has dado premios a tu perro a lo largo del día para reducir entonces su ración de pienso. Todo suma y no debería comer lo mismo si ya se ha zampado un hueso y varias chuches…
No dejes el cuenco con su comida en el suelo y accesible todo el día, dale de comer sólo en los momentos estipulados.
Y, sobre todo, adiós a los extras de comida humana, engordan el doble en tu perro.
Las medicinas no son beneficiosas para alcanzar reducción de peso, a no ser que se haya confirmado la existencia de alguna enfermedad.
Como ya mencionamos al principio, la obesidad reduce la esperanza y calidad de vida de nuestras mascotas, su rendimiento y nos impide poder disfrutar plenamente de nuestro perro.
Según nuestra experiencia, la mayor parte de los problemas relacionados con la obesidad en perros, especialmente si fueron sobrealimentados en su primer año de vida, son articulares.
Cuando los perros están gordos, tienen mayor incidencia de enfermedades ortopédicas como son: la displasia de cadera, artritis, problemas discales y rotura de ligamento cruzado, entre otras. El cuerpo de un perro que padece obesidad responde a la concentración de grasas en sus tejidos redondeando su figura. El peso de los lípidos que se acumulan en los tejidos explica la aparición de pliegues en la zona del abdomen, que se balancean cuando el perro anda o corre. Las calorías no consumidas se acumulan en unos tejidos denominados grasos (o adiposos). Pero el esqueleto del perro no siempre está preparado para soportar un peso muy por encima de su talla adecuada.
Producto recomendado por Can Planet, para reducir peso y reforzar las articulaciones.
Los kilos excesivos ejercen una presión extra sobre los huesos del perro. No es extraño que aparezcan entonces cojeras, dolores articulares o artritis, como consecuencia de la compresión sobre las articulaciones del perro obeso.
Además, los perros con sobrepeso suelen tener otros problemas:
Tienen deprimida su capacidad respiratoria y pulmonar, por lo que presentan mayor intolerancia al ejercicio y el calor. La grasa que se acumula en el abdomen presiona el diafragma y reduce la capacidad pulmonar. Esto explica que el animal gordo encuentre más dificultad para inhalar el aire que necesita. Pero los problemas respiratorios de un perro con sobrepeso no acaban aquí.
“La obesidad aumenta el riesgo de que exista un colapso en la tráquea del perro“, afirman desde la Conferencia de Veterinaria Europea. “El peligro es mayor en el caso de perros obesos de pequeño tamaño, más vulnerables a la acumulación de grasa“, explican.
Como ocurre en el caso de las personas con esta enfermedad, la esperanza de vida del perro obeso se acorta con respecto a los canes que gozan de un peso adecuado.
“La obesidad canina está relacionada con un aumento de la mortalidad en los canes, ya que los perros gordos no suelen, de media, vivir tantos años“, advierte por su parte la Conferencia de Veterinaria Europea. La menor longevidad del perro gordo, recuerda el congreso, se explica en ocasiones no tanto por la acumulación de kilos, como por todas las enfermedades relacionadas con la obesidad, que acabamos de citaros.
La condición corporal de nuestra mascota es algo más que una cuestión estética.
Consejos que podemos seguir:
El porcentaje de éxito aumenta cuando los dueños toman conciencia de que sus animales tienen exceso de peso y que este exceso de peso no es sano.
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